Prolongación
Prolongación (2015). Extensión en el tiempo o el espacio.
Video instalación // Mapping
Encerrados en un ciclo, está él en el video y yo detrás de la cámara. Es un tiempo diferente: amorfo y pausado, serial y ansioso. Ninguno ha querido esto como destino, simplemente son hechos irrefutables. Estoy yo, él, la cámara, un ritual, las mañanas, las noches, el sueño, el silencio, lo que siente y lo que me cuesta no decir. El hecho se repite como una condena, como una sentencia, como un recordatorio de lo inevitable que es vivir el mismo día una y otra vez. Dependiente al opio y dependiente yo de ti, dependiente de la imagen y de la necesidad de comprender, del dolor que es intransferible e indescriptible, que por más que se convierta en experiencia estética no será más que un eterno Loop.
Extracto de Prolongación, Luis Antonio Silva, 2015.
El cuerpo es la tumba que nos aprisiona igual que la concha a la ostra.
Platón
Prolongación es una obra que llama a la intimidad, el retrato desnudo de un amor, de la enfermedad, el dolor y la adicción. En mi primer acercamiento a la obra de Luis Antonio, pensé en el prólogo del Diario de Frida Kahlo, escrito por Carlos Fuentes, en donde habla del dolor.
“¿Es el dolor algo que no se puede compartir?
Más aún, ¿Puede siquiera decirse el dolor?
Es indescriptible dice Virginia Woolf. Se pueden conocer los pensamientos de Hamlet, pero no se puede realmente describir una jaqueca: el dolor destruye el lenguaje.
(…) el dolor es expresado mejor por quienes no lo sienten, pero hablan en su nombre.”
Este es el caso de la obra Prolongación, esta describe la agonía, el dolor de una consecuencia, de una huella imborrable que dejó una enfermedad que se ha llevado la vitalidad del cuerpo en la que habitó. Pero el amor que se siente por un ser cercano hace que llevemos el peso de una enfermedad, de un dolor y una adicción que no nos pertenecen.
¿Pero, cómo todo este proceso se convierte en arte? ¿Hay acaso belleza en el dolor humano?
El dolor hace parte indispensable de la vida de los seres humanos, el cuerpo que es siempre alabado cuando está sano y vital es ocultado cuando está enfermo y frágil, es esa fragilidad la que hace que haya belleza en esta obra, la delicadeza y la intimidad del video llevan al espectador a ser parte activa de este ciclo, del dolor, la adicción y la contemplación. La atemporalidad del video, lleva al espectador a un estado de incomodidad, ya que normalmente buscamos la linealidad en la narración, el loop es el video, pero también la instalación misma, es una paradoja. El espectador comparte el mismo papel del artista que observa a su compañero sufrir, y por medio de la obra intenta entender y aceptar el proceso de la enfermedad, el cansancio y desgaste de un cuerpo que conoce, pero que la enfermedad y la adición han vuelto desconocido incluso para el protagonista mismo. Si bien es cierto que no podemos entender el dolor ajeno, no podemos llevar y compartir la carga de una adicción pero si podemos ser testigos de cómo esto transforma el cuerpo, el tiempo y la vida de quienes rodean a la persona que lo padece. Prolongación intenta reestablecer un código, un lenguaje para compartir esa carga, es el amor en su máxima expresión, es la búsqueda de la belleza en el más trágico de los escenarios. Carlos Fuentes dice que el dolor destruye el lenguaje, y es cierto, pero no destruye la belleza y la mente, el video es aquí la clave, el video y la instalación los que logran darle voz a ese padecimiento, los que llevan al entendimiento y poder cargar el peso de la realidad a la que nadie se quiere enfrentar.
- Juanita Escobar Bravo